¡¡Lo reconozco!! Hace varias semanas que venía escuchando que estaban pasando cosas en el Sistema Arrecifal Veracruzano, uno de los pocos arrecifes coralinos naturales del país, amenazado, muy amenazado o, en el mejor de los casos, en peligro de estarlo.
Honestamente y, reconozco pecar de ingenua por ello, no me lo creía…
Y es que, no podía ser que uno de los ecosistemas más significativos de la historia de Veracruz, uno de los pocos arrecifes coralinos en el país (inicio del Arrecife Mesoamericano según muchos autores. En su parte más alta) estuviese a punto de desaparecer o de perder su ya limitada extensión para dar entrada a una gran obra de ingeniería que, según algunos, podría hacerse en otra dirección; eso sí, resultando considerablemente más caro.
Honestamente y, reconozco pecar de ingenua por ello, no me lo creía…
Y es que, no podía ser que uno de los ecosistemas más significativos de la historia de Veracruz, uno de los pocos arrecifes coralinos en el país (inicio del Arrecife Mesoamericano según muchos autores. En su parte más alta) estuviese a punto de desaparecer o de perder su ya limitada extensión para dar entrada a una gran obra de ingeniería que, según algunos, podría hacerse en otra dirección; eso sí, resultando considerablemente más caro.
Pues sí…resulta que sí, es verdad.
Además de haberse cumplido, ya, el mes previsto en la Ley durante el cual el correspondiente estudio de impacto ambiental tenía que estar abierto al público, situación ésta que pasó casualmente desapercibida a pesar de habérnoslo notificado el Diario Oficial de la Federación en agosto de este año, el día de hoy se informó de ello en los noticieros o telediarios del estado.
Nos queda ahora, desde luego, la posibilidad de solicitar información sobre diversos puntos del estudio como, por ejemplo:
- ¿Está bien delimitada la zona que se va a desincorporar?
- Las especies endémicas ( he escuchado que hay dos o tres) que habitan en la zona a desincorporar, ¿podrán subsistir con los nuevos límites del parque?
E incluso, lo que también podemos recordar es el Convenio Ramsar que, ya desde hace años, había declarado al área natural protegida “Sistema Arrecifal Veracruzano” como humedal de importancia internacional y recayendo los aspectos básicos de su gestión bajo su regulación.
Además de esto, no podemos obviar que los científicos han establecido claramente la función de barrera natural frente a eventos extremos que desempeña el parque.
Es bien sabido que en épocas de calentamiento global como la que estamos viviendo, sin entrar en posturas ideológicas sobre el cambio climático, los fenómenos hidrometereológicos extremos se acentúan, se hacen más violentos.
En el estado hemos vivido, ya, eventos dramáticos fruto de inundaciones agravadas por los efectos del cambio climático y los costes económicos de ellas todavía no han podido resolverse para una buena parte de la sociedad afectada.
Desde luego que todo esto es un asunto claramente de competencia federal, mírese por donde se mire, lo cual no es óbice para que las autoridades estatales mostraran cierto interés por la salvaguarda de su patrimonio histórico y de su biodiversidad.
Desde un punto de vista económico, no cabe duda alguna: genera más riqueza en este momento una ampliación de un puerto de mercancías que la conservación de un hábitat en peligro de extinción. Y esto sucede porque México no valora adecuadamente desde un punto de vista económico su gran riqueza natural, no se es consciente todavía de que la biodiversidad es una fuente de ingresos, de turismo, de economía, en definitiva.
Así está la cosa en Veracruz porque, ¡de lo otro!, ya mejor ni hablamos…
Tania García