Estos días se está desarrollando en Accra, Ghana, una nueva reunión internacional para intentar que los Estados se pongan de acuerdo acerca de lo que va a suceder en materia de lucha contra el cambio climático a partir del 2012, una vez que termine el período de duración del Protocolo de Kyoto.
Desde que se adoptase en el año de 1992 la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) han sido frecuentes las reuniones de los países, tanto partes en el tratado, como no, para intentar firmar Protocolos al mismo en los cuales se incluyesen obligaciones concretas en materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Así, en 1997 se adoptó el Protocolo de Kyoto, el cual, pese a las numerosas críticas que ha recibido, se ha convertido, quizá, en uno de los tratado internacionales más conocidos por la mayoría de la población.
En diciembre de 2009 está prevista la adopción de un nuevo Protocolo a la CMNUCC, en Copenhague. Este Protocolo de Copenhague que sustituirá al Protocolo de Kyoto deberá, a juicio de los expertos, incluir una serie de elementos básicos, a saber:
- Compromisos de reducción de emisiones de GEI más estrictos.
Según el Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) la reducción de emisiones de GEI de cara al 2050 debe ser del 50 al 80%, tomando como año base 1990 (el mismo año que toma como referencia el Protocolo de Kyoto).
- Ampliar la relación de GEI.
El Protocolo de Kyoto regula únicamente las emisiones de 6 GEI, los considerados más "culpables" del cambio climático.
- Crear un fondo para apoyar la transferencia de tecnología hacia los países menos desarrollados en materia de promoción de energías renovables (especialmente eólica y solar).
Todas estas propuestas, si bien no cabe duda de su importancia, no se refieren al aspecto que ha generado más críticas al Protocolo de Kyoto, el relativo a la no obligatoriedad del mismo para los países que no lo han firmado. No cabe duda que un tratado internacional sólo es obligatorio para aquéllos que han brindado su consentimiento; sin embargo, y debido a la gravedad de los efectos del cambio climático para todos (incluso en los escenarios más optimistas), quizá sería oportuno plantearse acciones y estrategias más firmes y agresivas a nivel internacional.